"Es marzo (…) No es lo único que ocurre, también hay deshielo en los seres humanos."
(Fragmento)
Ríos y fiordos deshelados.
Es marzo. Después del
maravilloso tiempo que hizo en febrero y en marzo, la cala de Nørholm ya ha
empezado a deshelarse. No es lo único que ocurre, también hay deshielo en los
seres humanos. El autor de salmos Grundtvig tiene razón: ¡Los hijos de la luz
notamos cómo la noche ya ha terminado! ¿Acaso no notamos el jaleo que se está
armando en nuestras carcomidas ruinas? Este invierno oímos a menudo hablar de
los buitres que se estaban concentrando sobre nuestro viejo hogar en Europa. De
acuerdo. ¿Pero nadie ha oído esta mañana temprano a la oca silvestre? Está
llegando la primavera.
Entre un montón de impresos me encuentro un viejo
calendario. No era mi intención sacar de la oscuridad ese calendario, me puse a
hojearlo, pero me enteré de poco. Al cabo de bastantes páginas pone Verner von
Heidenstam. Bien, sigo hojeando. Para un momento, ¿qué es lo que pone de
Heidenstam? Hojeo hacia atrás y leo. Teníamos la misma edad, nacidos en el
mismo año, y los dos estamos muertos. Y aunque solo uno de nosotros se
convirtió en fantasma en el lugar del patíbulo, los dos servimos a la misma
vieja diosa en nuestros tiempos felices. Y ahora estamos muertos.
Paso deprisa
muchas hojas. Muy dentro me encuentro con Schiller. Había nacido el mismo año
que nosotros, solo que cien años antes. Murió.
Napoleón se presentó ante Goethe.
¿Se estremeció por eso el mundo? No. Charlaron, pero Napoleón tenía prisa. Al
salir del encuentro se dice que dijo a modo de aprobación sobre Goethe: ¡Qué
persona! Pero eso fue todo. Fue como si no se hubiesen conocido. Mas ellos
también están muertos.
¡Por qué no íbamos a morir!
Tácito opina que los
germánicos somos hábiles para morir. Y los vikingos no nos deshonraron en ese
aspecto. Nuestro conocimiento aún más reciente nos deja claro por qué existe en
sí la muerte: pues no morimos para estar muertos, para ser algo muerto, morimos
para poder pasar a la vida, morimos a la vida, estamos dentro de un plan. El
mismo Tácito nos elogia porque no adornamos en exceso nuestras tumbas. Nos limitamos
a echar algo de torva encima para evitar el olor. Luego nos elogia también por
no querer tener altos monumentos sobre la tumba. Dice que los desdeñamos. No ha
tenido en cuenta nuestra modesta decadencia en los últimos tiempos.
Knut Hamsun (Noruega, 1859-1952). Obtuvo el premio Nobel en 1920.
(Traducido al español por Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo).
(Traducido al español por Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo).
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