Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

martes, 20 de octubre de 2020

Epidemias: EL HOSPITAL DE LOS PODRIDOS, entremés anónimo atribuido a Miguel de Cervantes

(Fragmento inicial)

Salen Leyva, el rector y el secretario

Leyva: ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Qué hospital se ha hecho de forma!

Rector: Era tanta la pudrición que había en este lugar, que corría gran peligro de engendrarse una peste, que muriera más gente que el año de las landres; y así, han acordado en la república, por vía de buen gobierno, de fundar un hospital para que se curen los heridos desta enfermedad o pestilencia, y a mí me han hecho rector.

Secretario:  Después que hay galera para las mujeres y hospital para los que se pudren, anda el lugar más concertado que un reloj.

Rector: No quiera vuesa merced saber más, señor Leyva, que había hombre que ni comía ni dormía en siete horas, haciendo discursos; y cuando vía a uno con una cadena o vestido nuevo, decía: "¿Quién te lo dio, hombre? ¿Dónde lo hubiste? ¿De dónde lo pudiste sacar? Tú no tienes hacienda más que yo; con tener más que tú, apenas puedo dar unas cintas a mi mujer". Y desvanecidos en esto, se les hace una ponzoña y polilla. Mas pongámonos aquí y veremos salir los enfermos.



Este entremés del Siglo de oro suele atribuirse a
Miguel de Cervantes (España, 1547-1616).

Aunque su autoría también se le adjudica a
Félix Lope de Vega y Carpio (España, 1562-1635).

Las ilustraciones corresponden a una puesto en escena del grupo Teatro Zircó.

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