"Tu pupila se abrasa del sol que lleva dentro. Es estrecha tu boca."
Hay sobre ti, virgen adolescente,
Hay sobre ti, virgen adolescente,
una sombra sagrada.
Nada más misterioso,
más adorable y propio
que tu carne desnuda.
Pero te encierras en la atenta túnica
y habitas allá lejos
con tu gracia,
donde no sabes quien te alcanzará.
Yo no, bien cierto. Si te veo pasar
a tan regia distancia
con el cabello al aire
y con todo tu ser enarbolado
me arrebata el vértigo.
Tú eres la imporosa y lisa criatura
a la que aprieta, en el respiro, el gozo
oscuro de la carne, que soporta
a duras penas toda su plenitud.
En tu sangre, que tiene un extenderse
de llama por tu rostro,
se ríe todo el orbe
como en el ojo negro de la golondrina.
Tu pupila se abrasa
del sol que lleva dentro.
Es estrecha tu boca.
Tus manos desconocen
el sudor humillante del contacto.
Pienso cómo tu cuerpo,
dificultoso y vago,
desespera de amor
el corazón del hombre.
Y, sin embargo, alguno te desflorará,
boca de surtidor.
Y lo hará sin saberlo;
un pescador de esponjas
tendrá esa rara perla.
Le servirá de gracia y de fortuna
el no haberte buscado,
el no saber quién eres,
el no poder gozarte
con la sutil conciencia
que ofende al Dios celoso.
Sí, será el animal
lo bastante ignorante
para no morir antes de tocarte.
Todo es así.
Ni tú sabes quién eres.
Te dejarás coger
pata ver cómo es el juego
para reír un rato en compañía.
Como se pierde en el aire la llama
así al contacto con la realidad
todos esos misterios que prometes
se deshacen en nada,
¡Pasará inconsumado
tanto gozo!
Tú te darás, te perderás por esos
caprichos que jamás aciertan,
con el primero que te guste.
Ama el tiempo la burla que lo atrapa
y no el amor canto que vacila.
Así la infancia hace
rodar el mundo
y el sabio no es más que un muchacho
que se duele de haber crecido tanto.
Vincenzo Cardarelli: Nazareno Caldarelli (Italia, 1887-1959).
(Traducido al español por J. L. Martín Descalzo).
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