Regresa la primavera a Vancouver.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Eclipse: EMILIO O DE LA EDUCACIÓN, de Jean Jacques Rousseau

"... llegar desde una revolución diurna al cálculo de los eclipses..."

(Fragmento del Libro III)
 
Como siempre procedemos lentamente de una idea sensible a otra idea sensible, como nos familiarizamos durante mucho tiempo con una antes de que pasemos a otra, y como nunca forzamos a nuestro alumno a que esté atento, mucho tendrá que andar desde esta primera lección hasta conocer el curso del sol y la configuración de la tierra, pero como todos los movimientos aparentes de los cuerpos celestes están basados en el mismo principio, y la primera observación nos lleva a todas las demás observaciones, nos cuesta menos, aunque se necesite más tiempo, llegar desde una revolución diurna al cálculo de los eclipses que entender bien la causa de la sucesión del día y de la noche.
 
Puesto que el sol gira alrededor del mundo, describirá un círculo, y todo círculo es necesario que tenga un centro, y nosotros ya lo sabemos. Este centro no podemos verlo porque está en el interior de la tierra, pero en su superficie podemos señalar dos puntos opuestos que le correspondan. Una aguja que pase por los tres puntos y se prolongue hasta el cielo por una y otra parte será el eje del mundo y del movimiento diurno del sol. Una peonza redonda que ruede representará el cielo dando vueltas sobre su eje; los dos puntos de la peonza son los dos polos, y el niño tendrá una gran satisfacción en conocer uno, pues yo se lo muestro en la cola de la osa menor. Ya tenemos diversión para las estrellas, y de aquí nace la primera afición por conocer los planetas y observar las constelaciones.
 
Nosotros hemos visto salir el sol el día de San Juan; vamos también a verle salir por Navidad, o cualquier otro día sereno de invierno, puesto que ya es sabido que no tenemos pereza y que no nos asusta el frío. Tengo mucho cuidado de realizar esta observación en el mismo sitio en que hicimos la primera y mediante alguna habilidad para lograr que se fije en ello, uno de los dos exclama: «¡Qué sorpresa!, el sol no sale por el mismo sitio. Aquí están nuestros sitios de antes, y ahora ha salido por allí; luego existe un oriente de verano y otro de invierno...» Maestro joven, ya estás en el camino. Estos ejemplos te deben ser suficientes para poder enseñar con mucha claridad la esfera, representando el mundo por el mundo y el sol por el sol.
 
 
Jean Jacques Rousseau (Escritor suizo en lengua francesa, 1712-1778).

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