Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

martes, 13 de septiembre de 2022

Septiembre: EL BUSCADOR DE ORO, de Jean-Marie Gustave Le Clézio

"... estos bosques de inmóviles abedules donde se escuchaba el grito de la lechuza..."

(Fragmentos del capítulo Somme, verano de 1916)

A comienzos de septiembre nos unimos al V Ejército del general Gough y, con los que han quedado bajo las órde es de Rawlinson, nos encaminamos todavía más al sur, hacia Guillemont. Por la noche remontamos la vía férrea hacia el noreste, en dirección a los bosques. Están a nuestro alrededor, todavía más sombríos, amanazadores: el bosque de Trônes, a nuestra espalda, el bosque de Leuze, al sur y. ante nosotros el bosque de los Bouleaux. Los hombres aguardan, en la tranquilidad de la noche, sin dormir. Creo que ninguno de nosoros puede evitar pensar en lo que, antes de esta guerra, existía aquí; esta belleza, estos bosques de inmóviles abedules donde se escuchaba el grito de la lechuza, los murmullos de los arroyuelos, los saltos de los conejos silvestres. Esos bosques donde van los amantes, después del baile, con la hierba tibia todavía por la luz del día, donde los cuerpos se abrazan y ruedan riendo. Los bosques, por la noche, cuando de los pueblos suben las azuladas humaredas, tan tranquilas, y se ven en los senderos las siluetas de las viejecitas recogiendo leña.

(... en la jornada del quince de septiembre...)

Comienzan las pesadas lluvias de invierno. Las aguas del Somme y del Ancre invaden las riberas. Estamos prisioneros en las trincheras conquistadas, hundidos en el barro, agazapados en improvisados refugios. Hemos olvidado ya la embriaguez de los combates que nos han llevado hasta aquí, Hemos conquistado Guillemont, la granja de Falfemont, Glinchy y, en la jornada del quince de septiembre, Morval, Gueudecourt, Lesboeufs, rechazando a los alemanes hacia sus trincheras de reta- guardia, en lo alto de los ribazos, en Bapaume, en el Transloy. Ahora estamos prisioneros de las trincheras, al otro lado del río, prisioneros de las lluvias y del barro. Los días son grises, fríos, nada ocurre.

Jean-Marie Gustave Le Clézio (Francés con ciudadanía mauritana, 1940).
Obtuvo el premio Nobel en 2008.

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