"... y bajar a tu lado por el triste declive al encuentro de los negros cisnes de ojos blancos..."
(Fragmento)
El lamento de los perros infernales suena en tus oídos
mucho más dulce que mi amorosa plegaria. Estás ya perdida, ninguna fuerza del
mundo podrá salvarte, tu condena empieza esta noche en esta hora interminable,
en esta fugaz eternidad. Si por lo menos pudiese seguirte y bajar a tu lado por
el triste declive al encuentro de los negros cisnes de ojos blancos, misteriosa
Eurídice, no me será jamás concedido conocer tu secreto. Adiós, dentro de poco
volverás de improvisto hacia atrás, levantarás los brazos con un gesto de
terror, tu boca se abrirá con un horrendo aullido silencioso, tus pies
descalzos seguirán en la hierba el plateado rastro de la serpiente de escamas
rojas y verdes.
Huirás temblando, y no oirás el lamento del mar, el grito de
las aves nocturnas, el llanto de los ciervos en la estática selva, no escucharás
mi voz, mi ruego, la voz de Orfeo implorante. Un momento más, un solo momento,
quédate todavía un instante a mi lado, en esta última orilla, bajo este último
jirón de cielo, un solo instante antes de que se apague para siempre en tu
corazón el recuerdo de los días claros, del dorado reflejo del sol sobre las
piedras y las hojas de las nubes blancas sobre el cielo profundo. Llora, tienes
tiempo todavía, un día quizá…
Curzio Malaparte: Curt Erich Suckert (Italia, 1898-1957).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario