"Aquellos sacos no contenían otra cosa que brillantes monedas de oro..."
(Fragmento del capítulo XXIII: El tesoro de la playa)
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Estoy segura -dijo Okka- de que has hecho más de lo que aparentas, y antes que
refieras cómo te fue en el viaje, he de pedir al liliputiense que me ayude a
buscar algo que debe estar escondido entre las peñas e islotes de estas playas.
Hace una porción de años -continuó diciendo- que yo y un par de los que se han
hecho viejos en la bandada, sorprendidos por una tormenta, fuimos arrastrados
hasta estos lugares, entre cuyas piedras hubimos de buscar refugio durante
varios días. Sufrimos mucha hambre y anduvimos buscando algo con que
alimentarnos. No encontramos nada que comer y sólo vimos unos sacos medio
enterrados en la arena, sobre los que nos lanzamos hasta romper sus telas a
picotazos en la creencia de que pudieran contener trigo; pero no fue así. Aquellos
sacos no contenían otra cosa que brillantes monedas de oro, que no tenían para
nosotros aplicación alguna; y las dejamos donde estaban. En todos estos años no
hemos pensado en tal hallazgo; pero por sucesos acontecidos en el pasado otoño,
tenemos deseo de poseer dinero. No es probable que el tesoro se encuentre aquí
todavía; pero, de todos modos, como hemos venido para buscarlo, vamos a ver si
lo hallamos.
Selma Lagerlöf (Suecia, 1858-1940). Obtuvo el premio Nobel en 1909.
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