Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

lunes, 20 de abril de 2015

Tu boca: ECO, de Dan Desliu


Llevabas esa tarde un traje verde,
de brillo apagado, como el azogue de las fuentes profundas.

La luna había extendido su claridad de cera
sobre tus hombros dorados aún desde el Verano,
sobre tu frente, que parecía asombrarse de todo,
y sobre tu boca, un momento tan próxima a la mía.

Recuerdo que los árboles hacían escuchar una canción
desconocida para ambos...

Sonreías: tu sonrisa estaba hecha de recuerdos.
Movías suavemente tus dedos cincelados,
y yo tenía un millar de preguntas que hacerte
como, quizás, solamente se puede interrogar al mar inquieto.

Todas las palabras me parecieron tan superfluas
como las hojas muertas de Octubre sobre el suelo.

Escuchábamos arrastrarse lentamente el silencio,
como un zorro, entre las hojas amarillas.
 
Callábamos.
 
Callabas. Y la luna entre las largas ramas
aclaraba tus hombros dorados, esa tarde.
 
 
Dan Desliu (Rumania, 1927-1996)

(Traducido al español por Pablo Neruda)

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