"Crees ver centuriones de niebla entre la niebla..."
Es la hora que más odias,
cuando la tarde cae
como si se desplomara del tejado.
Lobregueces rastreras
corren bajo tus pies y sientes
que eso que pasa enfriándote la cara
no es el viento.
Comienzas a oír voces
que nadie más oye.
Crees ver centuriones de niebla entre la niebla,
manos que flotan,
lenguas arrancadas, y disolverse en la noche
la tediosa muralla que te aísla.
Tu sombra acobardada te precede
por los polvorientos salones del palacio.
Y llegas a tu lecho
en los hostiles dormitorios
sabiendo que allí sólo te aguardan
sueños enemigos.
Sueños con dientes sin fatiga,
puntuales, pertinaces
como la oscura rata que noche a noche
roe en las tablas del piso.
(La historia consigna que el emperador romano Calígula fue asesinado un 24 de enero)
Es la hora que más odias,
cuando la tarde cae
como si se desplomara del tejado.
Lobregueces rastreras
corren bajo tus pies y sientes
que eso que pasa enfriándote la cara
no es el viento.
Comienzas a oír voces
que nadie más oye.
Crees ver centuriones de niebla entre la niebla,
manos que flotan,
lenguas arrancadas, y disolverse en la noche
la tediosa muralla que te aísla.
Tu sombra acobardada te precede
por los polvorientos salones del palacio.
Y llegas a tu lecho
en los hostiles dormitorios
sabiendo que allí sólo te aguardan
sueños enemigos.
Sueños con dientes sin fatiga,
puntuales, pertinaces
como la oscura rata que noche a noche
roe en las tablas del piso.
Óscar Cerruto (Bolivia, 1912-1981).
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