Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

sábado, 28 de septiembre de 2013

Páginas ajenas: FÁBULA, de Octavio Paz

"Donde los labios de un solo sorbo beban El árbol, la nube, el relámpago Yo mismo y la muchacha".

a Álvaro Mutis

Edades de fuego y de aire
Mocedades de agua
Del verde al amarillo
                                            Del amarillo al rojo
Del sueño a la vigilia
                                            Del deseo al acto
Sólo había un paso que tú dabas sin esfuerzo
Los insectos eran joyas animadas
El calor reposaba al borde del estanque
La lluvia era un sauce de pelo suelto
En la palma de tu mano crecía un árbol
Aquel árbol cantaba reía y profetizaba
Sus vaticinios cubrían de alas el espacio
Había milagros sencillos llamados pájaros
Todo era de todos
                                     Todos eran todo
Sólo había una palabra inmensa y sin revés
Palabra como un sol
Un día se rompió en fragmentos diminutos
Son las palabras del lenguaje que hablamos
Fragmentos que nunca se unirán
Espejos rotos donde el mundo se mira destrozado.


Una mujer de movimiento de río
De transparentes ademanes de agua
Una muchacha de agua
Donde leer lo que pasa y no regresa
Un poco de agua donde los ojos beban
Donde los labios de un solo sorbo beban
El árbol, la nube, el relámpago
Yo mismo y la muchacha


Octavio Paz (México, 1914-1998). Obtuvo el premio Nobel en 1990.

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