Regresa la primavera a Vancouver.

viernes, 29 de octubre de 2010

Páginas ajenas: ABIERTO A TODAS HORAS, de Rafael Alberti


(Fragmentos)

Este bosque, este bosque
es igual que otros bosques.
Y sin embargo, yo quizás quisiera
estar en otros bosques.

Era alta y verde. Tenía
largas ramas por cabellos,
con hojas rubias, perennes.
Toda ella
siempre andaba en primavera.
Me pregunto ahora, lejos,
perdido entre tantos muertos:
¿Le habrá llegado el otoño?
Y si alta y verde era siempre,
¿cómo podrá ser ella en otoño?

De pronto el sol irrumpe entre las nubes
para echar una rápida ojeada
y quedarse tranquilo.
Llovió poco.
Saldré al instante y quemaré las últimas
hojas verdes que aún tiemblan en los árboles
y apuraré la copa del otoño.
...
Otoño silencioso de este bosque,
¿me estoy desvinculando de la patria,
alejándome, perdiéndome?
Haz que tus hojas, que se lleva el viento,
me arrastren hacia ella nuevamente
y caiga en sus caminos
y me pisen y crujan
mis huesos confundiéndose
para siempre en su tierra.

Espero el desprenderse de mí el verso
como el árbol de otoño
espera el desprenderse de la hoja.

Alguien o muchos pensarán: -¡Qué inútil
que ese poeta hable del otoño!
-¿Cómo no hablar y mucho y con nostalgia,
si de pronto ya va a entrar el invierno?
...
Vendrías esta noche, aunque en el cielo
callado del otoño vuela un temor oscuro.
Vendrías esta noche y te diría,
muy dulcemente: Pasa.
Mas sé que no vendrás y, sin embargo,
abro la puerta temeroso y digo,
apenas susurrado entre las sombras,
muy dulcemente: Pasa.

Llega tu carta en el otoño, amigo,
de aquel país ahora en primavera.
Me dices: "Aquí cárceles,
penas y angustias, llanto y llanto y llanto".
Me pregunto, mi amigo,
desde esta clara cima del otoño:
Dime: ¿en aquél país hay primavera?

En aquella ciudad fue aquel otoño
más otoño que en todas las ciudades del mundo.
...
Solo y abandonado de mis perros,
el otoño me invade lentamente.
Diana murió a la puerta de la casa.
No sé cuál fue su muerte.
Sé que la llevó el agua de la acequia
y la dejó en la noche al pie de un árbol.
Vive aún, enterrada en mi jardín,
a la sombra del álamo.

La ilustración corresponde a Paisaje de otoño con cuatro árboles (1885),
de Vincent Van Gogh

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