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lunes, 1 de noviembre de 2021

Ezra Pound: MORIR EN VENECIA

 "... habrán trasladado sus restos por los canales venecianos en una góndola luctuosa..."
 
Ezra Pound murió el primer día de noviembre de 1972, en Venecia. Es posible imaginarse el día de los muertos en que, desde la casa en la calle Querini, habrán trasladado sus restos por los canales venecianos en una góndola luctuosa hasta depositarlos en su tumba del cementerio de la isla San Michele. Murió, entonces, el llamado día de todos los santos, y según Manuel Vicent: "La mezcla de un santo laico y de un poeta loco da como resultado un profeta. Hubo uno que se llamó Ezra Pound."

El capítulo XII de París era una fiesta lleva por título Ezra Pound y el Bel Esprit, y esto es lo que relata Ernest Hemingway sobre el poeta: "Ezra era el escritor más generoso y más desinteresado que nunca he conocido. Corría en auxilio de los poetas, pintores, escultores y prosistas en los que tenía fe, y si alguien estaba verdaderamente apurado, corría en su auxilio tanto si tenía fe como si no. Se preocupaba por todo el mundo, y en los primeros tiempos de nuestra amistad la persona que más le preocupaba era T. S. Eliot, quien, según me dijo Ezra, tenía que estar empleado en un banco en Londres, y, por consiguiente, no disponía de tiempo ni seguía un horario apropiado para dar un buen rendimiento poético."

Mucho tiempo antes de publicar la obra en cuestión, en 1925 ya Hemingway había escrito: "Pound, el gran poeta, dedica una quinta parte de su tiempo a su poesía y emplea el resto en tratar de mejorar la suerte de sus amigos. Los defiende cuando son atacados, hace que las revistas publiquen obras suyas y los saca de la cárcel. Les presta dinero. Vende sus cuadros. Les organiza conciertos. Escribe artículos sobre ellos. Les presenta a mujeres ricas. Hace que los editores acepten sus libros. Los acompaña toda la noche cuando aseguran que se están muriendo y firma como testigo sus testamentos. Les adelanta los gastos del hospital y los disuade de suicidarse. Y al final algunos de ellos se contienen para no acuchillarse a la primera oportunidad."

Cuando Pound vivió en Italia durante la época de Mussolini, declaró su simpatía por el fascismo y la expresó públicamente de diferentes maneras. Eso le costó la humillación de ser paseado en una jaula en Pisa, cuando las tropas estadounidense entraron en territorio italiano. Lo trasladaron a Washington para juzgarlo por traición a la patria pero fue declarado demente y en lugar de ser fusilado lo recluyeron durante doce años en un manicomio. "Cualquier hombre que soporte vivir en los Estados Unidos -diría en aquella época-, está loco." Cuando finalmente fue liberado en 1958, por considerar que su demencia no era peligrosa, partió de nuevo a Italia, donde permanecería hasta su muerte en Venecia -como el título de una novela de Thomas Mann-, a los 87 años.

Jules Etienne

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