Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

jueves, 11 de mayo de 2017

Carnaval: NÉMESIS, de Jo Nesbø

"Iba vestida de ángel. No como los ángeles reales, sino con uno de esos trajes de mentira que se usan en carnaval."
 
(Fragmento del capítulo 24: Sao Paulo)
 
El motor del coche zumbaba bajito. Harry miró las farolas de la calle que iluminaban el cielo oscuro, el salpicadero y el volante donde el diamante del dedo meñique de Trond brillaba débilmente.
 
- Mentiste sobre el anillo que llevas puesto -susurró Harry-. El diamante es demasiado pequeño para valer treinta mil. Apuesto a que costó alrededor de cinco y que lo compraste para Stine en una joyería de Oslo. ¿No es así?
 
Trond hizo un gesto afirmativo.
 
- Te viste con Lev en Sao Paulo, ¿verdad? El dinero era para él.
 
Trond hizo un gesto afirmativo, una vez más.
 
- Dinero suficiente para una temporada -dijo Harry-. Suficiente para pagarse el billete de avión cuando decidió volver a Oslo -susurró Harry-. Quiero ese número de móvil.
 
- ¿Sabes qué? -Trond giró despacio a la derecha en la plaza de Alexander Kielland-. Anoche soñé que Stine entraba en el dormitorio y me hablaba. Iba vestida de ángel. No como los ángeles reales, sino con uno de esos trajes de mentira que se usan en carnaval. Me dijo que ella no pertenecía a la esfera de allá arriba. Y cuando me desperté, pensé en Lev. Pensé en cuando se sentó en el borde del tejado de la escuela con las piernas colgando, mientras nosotros entrábamos a la siguiente clase. Parecía un puntito pequeño, pero yo recuerdo lo que pensé. Pensé que él pertenecía a la esfera de allá arriba.
 
 
Jo Nesbø (Noruega, 1957).

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