(Fragmento del capítulo IV: Aliado de Alemania en Tampico)
Buques de guerra americanos
se encuentran estacionados en Tampico para vigilar al aliado de Alemania en
México. De vez en cuando uno de ellos leva anclas, sale a vapor del río
Pánuco y patrulla la Costa del Golfo. Se examinan los barcos sospechosos,
se captan los mensajes inalámbricos y de noche y de día los ojos entrenados de los
vigías buscan en los mares periscopios hostiles. Cuando uno regresa, el
otro se escapa al amparo de la oscuridad hacia un destino secreto.
Desde la torre
inalámbrica del Gobierno en Arlington, Virginia, el Departamento de Marina
dirige el movimiento de estos barcos mientras planifica los movimientos del Tío
Sam en el gran tablero del ajedrez oceánico internacional. La vigilancia
eterna es el precio de la paz en Tampico, el mayor puerto petrolero del
mundo. Desde la jungla, a sesenta millas de distancia, fluye la corriente
interminable que impulsa y lubrica la maquinaria militar aliada; porque
las armas con que Estados Unidos, Inglaterra y Francia están
combatiendo a los dictadores de las Potencias Centrales en aguas europeas, en
tierra y en aire, dependen de Tampico para combustible, gasolina y
lu- bricantes.
Debido a que el aliado
de Alemania, el IWW, opera en Tampico, nuestros acorazados navegan en aguas
territoriales mexicanas para proteger esta cuenca petrolera sin la cual no se
puede ganar la guerra.
Carl William Ackerman (Estados Unidos, 1890-1970).
(Traducido del inglés por Jules Etienne).
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