Regresa la primavera a Vancouver.

domingo, 14 de mayo de 2023

Tampico: LA HERMANA IMPURA, de José Manuel Puig Casauranc

"Con un fuerte rechinido de cadenas el barco ancló al fin frente a los muelles de la Aduana."

(
Fragmentos del primer capítulo)

La voz de don Julián -que no perdía el dejo de Cataluña a pesar de sus veinte años en América- casi sobresaltó a Eulalia que apenas comenzada la toilette había caído en una vaga ensoñación de su vida futura. Cubriéndose rápidamente el pecho desnudo. como si no bastara la pared del camarote para aislarla a los ojos de don Julián, contestó :

- Voy en seguida. .. No tardo diez minutos...

Y ansiosa de no perder nada de aquella maravillosa entrada al puerto de Tampico. Que tanto le ponderara don Julián, se apresuró a vestirse. Pasaban rápidamente por el cono de luz de la lamparilla del tocador del camarote, el busto, de una exquisita y juvenil delicadeza, los brazos, redondos y con hoyuelos en los codos, y para alisarse el pelo, quedaba fija frente al espejo, algunos segundos, la cara, un óvalo perfecto de carne morena, en que brillaban los ojos muy rasgados y de una ligerísima oblicuidad que daba al rostro una expresión extraña, como de constante inquietud espiritual en la muchacha, impresión que disipaba la boca ingenua, pequeñita, de labios finísimos y rojos que a todo y a todos sonreían.

- Niña Eulalia. .. Niña Eulalia. .. Que dice don Julián que ya se ve Tampico ... ¿Quiere que le ayude?

Ahora era Maruca, la camarera que la acompañaba desde el colegio en España, la que llamaba.

Abrió la puerta del camarote la muchacha y en el marco ya. mientras salía, se detuvo un momento, altos los brazos para prender la última horquilla en el cabello. La miró, complacida, Maruca. y en tono de admiración, murmuró:

- Lo que le he dicho. niña Eulalia. .. Va a volver usted loco a medio Tampico…

(...)

Con fuerte rechinido de cadenas el barco ancló al fin frente a los muelles de la Aduana. No atracarían en la noche. "¡Tonterías del Capitán del Puerto y testarudez del Médico Delegado!" Había que proceder a la fumigación… Se hablaba de peste bubónica en el Puerto. A dormir.

Hasta las doce, los ojos devorando Tampico, permaneció Eulalia sobre cubierta.

Benito, el doctor, el primo peninsular, compañero de viaje y que había de ser, de ahora en adelante y quién sabe por cuanto tiempo, compañero de casa también, se empeñó en acompañar a la muchacha. Don Julián, a las diez, anclado apenas el barco, habíase retirado, con lujo de bostezos y derroche de tosiduras, a su camarote. Y el primo, hundido en un silencio hosco en presencia de don Julián, soltaba la. lengua apenas desaparecido el viejo.

- ¿No te fastidia, prima, el catalán? Sabe de todo; todo es Tampico para él… No le he oído en el viaje hablar de otra cosa…

- Lo hacía por mí. .. Como aquí viven los míos y aquí voy a vivir yo, quería que nada me cogiera de nuevo... Por eso... y puedes creer que estos quince días de conferencias sobre Tampico me han hecho conocer a la que casi es mi tierra… Figúrate que hasta a las muchachas de Tampico conozco ya…


José Manuel Puig Casauranc (Mexicano fallecido en Cuba, 1888-1939).

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