Tampico
Traven*
Un barco fantasma, viejo navío destinado al naufragio, llega a las costas de México. Entre sus marineros, vagabundos sin nombre ni nación, viene un sobreviviente de la revolución aniquilada en Alemania.
Este camarada de Rosa Luxemburgo, fugitivo del hambre y de la policía, escribe en Tampico su primera novela. La firma Bruno (sic) Traven. Con ese nombre se hará famoso, pero nadie conocerá nunca su rostro, ni su voz, ni su huella. Traven decide ser un misterio, para que la burocracia no lo etiquete y para mejor burlarse de un mundo donde el contrato de matrimonio y el testamento importan más que el amor y la muerte.
Eduardo Galeano (Uruguay, 1940-2015).
* Este breve texto de Galeano contiene varias imprecisiones. La más grave es referirse a él como Bruno Traven. Su seudónimo literario era B. Traven, así lo asegura Karl Guthke, su biógrafo más prolijo y Gabriel Figueroa en su Recuerdo de B. Traven, publicado en el diario La Jornada el 3 de febrero de 2008, lo define con estas palabras: "B. Traven. Escritor. Autor de todos los libros publicados en el mundo con el nombre de B. Traven". De tal manera que es incorrecto referirse a él con el nombre de Bruno, cuyo origen es apócrifo. Por otra parte, en el referido artículo, Figueroa describe varios encuentros, incluido el abrazo mutuo al enterarse de la muerte de Esperanza López Mateos, cuñada de Figueroa y primera traductora al español de la obra de Traven. Siempre tuvo un espacio propio con Figueroa: "Cuando estaba en la ciudad de México, se hospedaba en nuestra casa de Coyoacán, donde le teníamos un departamento permanente." Este es el vínculo de acceso con el artículo mencio- nado de La Jornada: Recuerdo de B. Traven, en el que se pueden confirmar sus relaciones personales y su matrimonio con Rosa Elena Luján. Ya para concluir, cabría añadir que Traven era padrino de Gabriel Figueroa Flores, por lo tanto, compadre de Figueroa. De manera que la aseveración de que "nadie conocerá nunca su rostro ni su voz, ni su huella", no es más que pura fantasía de Galeano. El único hecho confirmado es que se trataba, en efecto, de un personaje muy elusivo que llegó como exiliado a Tampico, donde escribió su primera novela, y la misma ciudad apareció más tarde como escenario en sus trabajos literarios posteriores El tesoro de la Sierra Madre y La rosa blanca.
Jules Etienne
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