Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

domingo, 8 de junio de 2014

Espejos (38): EL MARAVILLOSO VIAJE DE NILS HOLGERSSON, de Selma Lagerlöf

"En el interior del espejo veía claramente un hombrecito, muy pequeño, con su gorro puntiagudo..."

(Fragmento)

“¿Qué significa esto? Yo creo que el duende ha encantado el sillón, la mesa y la casa toda.”
 
El sermonario continuaba abierto sobre la mesa y, al parecer, sin cambiar en modo alguno; pero algo extraordinario ocurría cuando para leer una sola palabra tenía que ponerse en pie sobre el mismo libro.
 
Después de leer algunas líneas levantó la cabeza. Sus ojos se fijaron de nuevo en el espejo y no pudo menos que exclamar en alta voz:
 
- ¡Otro! En el interior del espejo veía claramente un hombrecito, muy pequeño, con su gorro puntiagudo y sus calzones de piel.
 
- Viste exactamente como yo -gritaba, juntado las manos con la mayor sorpresa.
 
Entonces, el hombrecito del espejo hizo el mismo ademán.
 
El muchacho se tiraba de los cabellos, se pellizcaba, se mordía, hacía piruetas, y el hombre del espejo reproducía al punto sus movimientos.
 
Rápidamente le dio una vuelta al espejo para ver si había alguien oculto tras él; pero no vio a nadie. Se puso entonces a temblar porque, de repente, comprendió que el duende le había encantado y que la imagen que reflejaba el espejito no era otra que la suya propia.
 
 
 
Selma Lagerlöf (Suecia, 1858-1940).
Fue la primera mujer en recibir el premio Nobel de literatura, en 1909.

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