Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

jueves, 26 de enero de 2023

Conejos: TRES EPIGRAMAS GRIEGOS DE LA ANTOLOGÍA PALATINA

"Tal se deleita mi amor en seguir lo que escapa pasando de largo por lo que yace herido."

(
XII 102)

Caza un hombre en el monte,
Epicides, buscando las liebres
todas y los rastros de todas las gacelas
y afrontando la escarcha y la nieve; mas, si alguien
le dice «Mira, ya está tocada la pieza», no la cobra.
Tal se deleita mi amor en seguir lo que escapa
pasando de largo por lo que yace herido.

(VII 717)

Náyades, pastos lozanos, decid a la abeja,
cuando la primavera venga, que el anciano
Leucipo murió en una noche de invierno tendiendo
trampas a las liebres de veloces patas
y ya no le es dado cuidar sus enjambres;
los valles pastoriles añoran al aquí sepultado.

(VII 207)

A mí, la de rápidos pies, a la liebre orejuda
que de niña robaron al pecho de su madre.
Fanion la dulce criaba en su seno y mimaba
dejándome comer primaverales flores
sin nostalgia de casa; mas heme aquí muerta por culpa
de un copioso festín que engordó mi sangre.
Y mi cuerpo enterró junto al lecho, de modo que siempre
contemple ella entre sueños mi tumba cercana.


Varios autores. La antología palatina surgió en el año 980
por obra de un compilador bizantino desconocido.

(Traducida al español por Manuel Fernández-Galiano).

El tomo VII está dedicado a los epitafios y epigramas funerarios
y el XII a epigramas de amor, tanto pederasta como heterosexual.

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