Jonathan trae en una gran bandeja de plata, dos antiguas, magníficas, copas venecianas, y una jarra de vidrio llena de vino y las coloca en la mesa. El propio Wann escancia el vino con cuidado. Cada uno de ellos toma una copa y la levanta con solemnidad mirando a la ventana donde la luz aún brilla débilmente.
El gerente: ¡Montes chrysocreos fecerunt nos dominos! (en español significa: Las montañas nos han convertido en señores) ¿Sabes con cuánta frecuencia me impresiona Wann, como a uno de esos míticos buscadores de oro, la chusma común de nuestras montañas, devoradora de chucrut, asquerosa y sucia, los llama extranje- ros?
Wann: En efecto, ¿Y cómo será ese, mi querido amigo?
El gerente: Uno que posee un palacio árabe de cuento de hadas, de oro y jade en Venecia, en medio de las aguas, que aún tiene su morada aquí, entre nosotros, y actúa como si no pudiera contar hasta tres y se come cualquier vieja corteza de pan mohosa.
Wann: ¡A tu salud! ¡Bebamos esto, querido amigo! (Ambos brindan el uno con el otro y luego ríen de buena gana).
Gerhart Hauptmann (Alemán nacido y fallecido en la actual Polonia, 1862-1946).
Obtuvo el premio Nobel en 1912.
La ilustración corresponde a una puesta en escena modernizada de la obra original,
dirigida por Moritz Sostmann en un teatro de Köln (Colonia), Alemania, en 2015.
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