Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

martes, 13 de junio de 2017

Martes de Carnaval: TRILOGÍA DE ESPERPENTOS TEATRALES DE VALLE-INCLÁN, de Miguel Díez R.


 
Bajo el título de Martes de carnaval (1930) agrupó Valle-Inclán tres piezas teatrales, publicadas independientes anteriormente y en las que lleva incluso más lejos que en Luces de bohemia la técnica esperpéntica: Las galas del difunto -publicada en1926 con el título de El terno del difunto-, Los cuernos de don Friolera (1921), y La hija del capitán (1927). En el título general hay un intencionado juego de palabras: Martes por militares, en alusión al dios de la guerra y carnaval, grotescos, de pacotilla, de pura máscara; ya que las tres obras, aunque totalmente independientes, presentan el retrato degradante de individuos pertenecientes al estamento militar.
 
Los cuernos de don Friolera sido considerado como uno de los mejores esperpentos teatrales, sólo superado por Luces de bohemia. Valle-Inclán arremete aquí contra uno de los tópicos más enraizados en la vida del pueblo español, el tema del honor que recorre medularmente nuestro teatro de oro, se continúa en vulgares dramones y sigue vigente en la sociedad, exacerbado, como en este caso, por el rigor del código militar. Valle "muestra el absurdo radical y absoluto de unas vidas que, vaciadas de su propia sustancia personal, adoptan la máscara rígida de unas convenciones y de unos principios falsos. La dimensión grotesca de la existencia humana se carga de contenido y significación trágicos cuando don Friolera, creyendo matar a su mujer, mata a su hija".
 
En Las galas del difunto, el protagonista, Juanito Ventolera, es un soldado repatriado de la guerra de Cuba, contrafigura grotesca de don Juan Tenorio, y este personaje esperpéntico, como todo lo que la rodea, le sirve a Valle para satirizar acremente la guerra de Cuba y la política militar de España.
 
La hija del capitán está inspirada en un suceso que conmocionó a la sociedad española de 1913. Nos referimos al famoso crimen del capitán Sánchez, en el que se dieron todos los elementos propios del más truculento folletín y materia de cualquier romance de ciego: incesto, amoríos, asesinato, etc. Valle-Inclán modifica a su gusto el hecho real, lo enlaza con el golpe de Estado protagonizado en 1923 por el general Primo de Rivera, esperpentiza pródigamente toda la situación y pone en la picota con rabiosa actualidad a burgueses, periodistas, realeza y particularmente al estamento militar.

Miguel Díez R. (España).
 
Fragmento del ensayo originalmente publicado por Espéculo. Revista de estudios literarios.
Universidad Complutense de Madrid.
 
La ilustración corresponde a la puesta en escena de Martes de carnaval
producida por el Centro Dramático Gallego y dirigida por Marta Pazos.

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