"Con el creciente frío, aparecieron dos ballenas al paso del paralelo de Valdivia. El 10 de noviembre..."
(Fragmento del capítulo I: El arpa)
Se afirmó, en letras de molde, que el mantenimiento de
su inoperante misión venía a costar 50,000 pesos al erario público. Se les
calificó de espías de la Santa Alianza. Y, para colmo, se anunció, ya en firme,
la secularización inminente del clero chileno, con la cual se nacionalizaría la
iglesia de aquí, eximiéndosela de toda obediencia a Roma. Ante tales
realidades, Muzi hizo saber al gobierno que regresaría inmediatamente a Italia,
considerando que su confianza y buena voluntad habían sido defraudadas. Y, al
cabo de nueve meses y medio de una vana actividad, el prelado, su joven auditor
y Don Salustio, tomaron el camino de Valparaíso, que era entonces un
destartalado villorrio de pescadores, situado en el regazo de un circo de
montañas donde tanto se hablaba el inglés como el español, por haber allí
prósperos almacenes británicos que comerciaban con las naves fondeadas tras de
largas y difíciles navegaciones por el Pacífico meridional, y, sobre todo, con
los esbeltos y veloces clippers norteamerica- nos, cada vez más numerosos
y que, para pasmo de las gentes, ostentaban ya arboladuras de cuatro palos.
Mastaï, algo afligido por el fracaso de la misión, conoció los estremecimientos
telúricos de dos terremotos que, sin causarle daños, le hicieron padecer la
indecible angustia de sentir perdida su estabilidad -como atolondrado el
equilibrio de su cuerpo- admirándose ante la ecuanimidad de unos músicos ciegos
que, durante los breves seísmos, no dejaron de tocar alegres danzas -más
atentos a sus limosnas que a furias volcánicas- y en una fonda portuaria fue
invitado a apreciar los gloriosos sabores del piure, el loco, el cocha-yuyo y
el monumental centollo de la Tierra de Fuego. Y, por fin, se hicieron a la mar
los eclesiásticos, a bordo del “Colom- bia”, velero de buena andana y
sólido casco, acostumbrado a afrontar las furias oceánicas de la siempre ardua
circunnavegación del cono sur de América. Con el creciente frío, aparecieron
dos ballenas al paso del paralelo de Valdivia. El 10 de noviembre, se estaba en
la latitud de la isla de Chiloé. Y, el 17, se prepararon los navegantes a
arrostrar la temible prueba de pasar el Cabo de Hornos.
Alejo Carpentier
(Cubano nacido en Suiza y fallecido en Francia, 1904-1980).
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