Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

viernes, 18 de noviembre de 2022

Letras de la revolución: LOS DE ABAJO, de Mariano Azuela

"Las familias salían con precipitación rumbo al sur; los trenes iban colmados de gente..."

(Fragmento final del capítulo XII)

- Párenlos. Son arribeños y han de traer algunas novedades -dijo Demetrio.

Y las tuvieron de sensación. Los federales tenían fortificados los cerros de El Grillo y La Bufa de Zacatecas. Decíase que era el último reducto de Huerta, y todo el mundo auguraba la caída de la plaza.. Las familias salían con precipitación rumbo al sur; los trenes iban colmados de gente; faltaban carruajes y carretones, y por los caminos reales, muchos, sobrecogidos de pánico, marchaban a pie y con sus equipajes a cuestas. Pánfilo Natera reunía su gente en Fresnillo, y a los federales "ya les venían muy anchos los pantalones".

- La caída de Zacatecas es el Requiescat in pace de Huerta -aseguró Luis Cervantes con extraordinaria vehemencia-. Necesitamos llegar antes del ataque a juntarnos con el general Natera.

Y reparando en el extrañamiento que sus palabras causaban en los semblantes de Demetrio y sus compañeros, se dio cuenta de que aún era un don nadie allí.

Pero otro día, cuando la gente salió en busca de buenas bestias para emprender de nuevo la marcha, Demetrio llamó a Luis Cervantes y le dijo:

- ¿De veras quiere irse con nosotros, curro?... Usté es de otra madera, y la verdá, no entiendo cómo pueda gustarle esta vida. ¿Qué cree que uno anda aquí por su puro gusto?... Cierto, ¿a qué negarlo?, a uno le cuadra el ruido; pero no sólo es eso... Siéntese, curro, siéntese, para contarle. ¿Sabe por qué me levanté?... Mire, antes de la revolución tenía yo hasta mi tierra volteada para sembrar, y si no hubiera sido por el choque con don Mónico, el cacique de Moyahua, a estas horas andaría yo con mucha priesa, preparando la yunta para las siembras... Pancracio, apéate dos botellas de cerveza, una para mí y otra para el curro... Por la señal de la Santa Cruz... ¿Ya no hace daño, verdad?...

Mariano Azuela (México, 1873-1952).

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