Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

martes, 29 de noviembre de 2022

Letras de la revolución: LOS RELÁM- PAGOS DE AGOSTO, de Jorge Ibargüengoitia

"Al bajar del tren en la estación Colonia..."

(Párrafos iniciales del capítulo II)

En este capítulo voy a revelar la manera en que la pérfida y caprichosa Fortuna me asestó el segundo mandoble de ese día, fatídico, por cierto, no sólo para mi carrera militar, sino para mi Patria tan querida, por la que con gusto he pasado tantos sinsabores y desvelos: México.

Al bajar del tren en la estación Colonia, lo primero que hice fue mandar llamar al Jefe de la Estación, quien al ver mi gallardo uniforme y mi actitud decidida y al escuchar la explicación que le di de que estábamos en una Emergencia Nacional, no vaciló en facilitarme el teléfono privado que tenía en su oficina que fue el medio de que me valí para comunicarme con Germán Trenza, que era entonces mi gran amigo.

- ¡Se nos murió el viejo, Lupe! -me dijo a través de la línea, casi sollozando. Él iba a ser Ministro de Agricultura y Fomento.

- ¿Qué hacemos?

- Ir al velorio. Allí veremos qué se puede arreglar.

Colgué. Ordené al Jefe de la Estación que llevara mis maletas al Hotel Cosmopolita y a bordo de un forcito de alquiler, me dirigí a casa de Trenza, que vivía en Santa María.

Lo encontré poniéndose las botas con ayuda de Camila, su concubina. La casa a que me refiero, era en realidad lo que hoy en día se conoce vulgarmente con el nombre de "leonero". Trenza vivía en Tampico con su legítima esposa y era Jefe de la Zona Militar de Tamaulipas.

Mientras Camila le rizaba los bigotes, me explicó a grandes rasgos la situación: el fallecimiento de González dejaba a la Nación sumida en el caos; la única figura política de importancia en ese momento era Vidal Sánchez, el Presidente en funciones quien, por consiguiente, no podía reelegirse; así que urgía encontrar entre nosotros, alguien que pudiera ocupar el puesto, garantizando el respeto a los postulados sacrosantos de la Revolución y a las exigencias legítimas de los diferentes partidos políticos.

Jorge Ibargüengoitia (Méxicano fallecido en España, 1928-1983).

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