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jueves, 25 de enero de 2024

Mirándolas dormir: ROLLA, RONDÓ y PORCIA, tres poemas de Alfred de Musset

"¡Ay!, aquella desnuda cortesana, del sueño mal velada..."

Rolla: pequeño poema

(Fragmento)

¡Amar y siempre amar! frase armoniosa
que gime el viento en su postrer vagido,
frase feliz que agita voluptuosa
al ave tierna en el calor del nido.
Frase por las estrellas murmurada,
frase de ritmo mágico y diverso,
y a cuya dulce música adorada
por la esfera azulada
se ve girar sin fin el universo.

Santiago en tanto, inmóvil contemplaba
a la dormida y celestial María,
y un no sé qué en sus formas encontraba
que en otra parte contemplado había.
Tal vez por eso, triste y receloso
de aquel sueño ante el blando desvarío
del fondo de su pecho proceloso
se escapaba un suspiro yerto y frío.
¡Ay!, aquella desnuda cortesana,
del sueño mal velada por el manto,
era tal vez la desdichada hermana
de su vil abyección y de su llanto.
Y aquella estancia lúgubre y sombría
testigo mudo del placer gozado
dentro de algunas horas, no sería
más que la tumba fría
que encerrase su cuerpo ensangrentado.

En ti, criatura tierna y delicada,
la fiel resignación marca su huella,
es tu dolor de mi dolor hermano,
la luz de tu candor en mí destella,
tú eres la estatua pálida y yacente
que en mi tumba dormida
espera dulcemente
que nos una en la sombra eternamente
el hilo roto de mi frágil vida.
No te despiertes, no. Tu vida impura
es de la tierra, pero no tu sueño;
tu sueño celestial es casto y puro,
Dios en velar por ti pone su empeño.
Tú, desdichada niña, no has manchado
el manto virginal de tu pureza,
tú digna de mi amor serás y has sido,
tú que ocultando un ser en ti escondido
no tienes de ti más que tu belleza,
déjame que en los párpados te bese
que sólo a ti, niña inocente, quiero
con un beso abrasado de mi boca
dar antes de morir mi adiós postrero.

(Traducción rimada de Ángel R. Chaves).

Rondó

¿Hubo alguna vez tanta dulzura de corazón
para ver a Manon durmiendo en mis brazos?
Su frente coqueta perfuma la almohada;
En su hermoso pecho escucho su corazón mirando.
Un sueño pasa y viene a alegrarlo.

Así se duerme una flor de rosa mosqueta,
encerrando en su cáliz a una abeja.
La balanceo: una profesión más encantadora
¿Ha existido alguna vez?

Pero llega el día y la aurora rojiza florece
con el viento su ramo primaveral.
Peine en mano y perla en oreja
Hacia su espejo Manon corre para olvidarme.
¡Pobre de mí! Amor sin despertar ni mañana
¿Lo fue alguna vez?

"... al contemplar a una mujer dormida, no hay un alma que mantenga su dureza,..."

Porcia

(Fragmento)

¿Quién no sabe que la noche tiene tales poderes
que, como las flores, más bellas son las mujeres.
Y que el viento de la tarde se puede llevar
el más dulce aroma para respirar?
Por eso, sin ruido alguno que sorprenda su cura
Luigi, que admira su floreciente frescura
tan tranquila, tan pura, ojos moribundos, frente inclinada
igual que un joven cervatillo en el alto trigal recostada
entonces siente que, al contemplar a una mujer dormida,
no hay un alma que mantenga su dureza bien establecida
quién no encuentra algo que ver cuando su pena más dura 
se funde como en el fuego de una llama el bronce
porque, ¡en quien se puede confiar, Dios mío! Si natura
nos hace ver en su rostro tal impostura
que necesita partir en dos a la criatura
¡y defender su corazón del amor de sus ojos!

(Qui ne sait que la nuit a des puissances telles,
Que les femmes y sont, comme les fleurs, plus belles.
Et que tout vent du soir qui les peut effieurer
Leur enlève un parfum plus doux à respirer?
Ce fut pourquoi, nul bruit ne frappant son cure,
Luigi , qui l’admira it si fraîche épanouie,
Si tranquille, si pure, oeil mourant, front penché,
Ainsi qu’un jeune faon dans les hauts blés couché,
Sentit ceci, qu’au front d’une femme endormie,
Il n’est âme si rude et si bien a affermie
Qui ne trouve de quoi voir son plus dur chagrin
Se fondre comme au feu d’une flamme l’airain.
Car, à qui s’en fier, mon Dieu! si la nature
Nous fait voir à sa face une telle imposture,
Qu’il faille séparer la créature en deux,
Et défendre son coeur de l’amour de ses yeux!)

Alfred de Musset (Francia, 1810-1857).

(La traducción rimada de Rolla, es de Ángel R. Chaves y Porcia fue traducida del francés por Jules Etienne). 
La ilustración superior corresponde al cuadro Rolla, de Henri Gervex, quien lo pintó inspirado por el poema,
la otra es obra del pintor ruso hiperrealista Serge Marshennikov. 

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