Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

martes, 31 de agosto de 2021

Venecia: MI ROMERÍA, de Emilia Pardo Bazán

"... a la plaza de San Marcos, donde una nube de torcaces, pero mansísimas palomas, acude con la mayor desvergúenza a comer en la mano..."

(Fragmento del Epílogo)

I. Don Carlos

Nosotros proponemos y las circunstancias disponen. Pensé escribir estas líneas en mi alojamiento del Hotel de la Luna, en Venecia -de cuyas ventanas veía las ondas verdosas del Canalazzo morir besando la escalinata del embarcadero, y desde el cual, en cinco minutos y a pie, podía trasladarme a la plaza de San Marcos, donde una nube de torcaces, pero mansísimas palomas, acude con la mayor desvergüenza a comer en la mano, y si uno se descuida, en la boca del viajero, la ración de maíz-. Y he aquí que estoy trazándolas en mi cuarto de estudio, con vistas a la bahía de Marineda, sobre cuya superficie, que refleja el azul plomizo del firmamento, se columpian botes y esquifes, aunque graciosos, muy diferentes de las venecianas góndolas.

No es lo peor escribir en Marineda impresiones recogidas al borde del Adriático, sino hacerlo por vez segunda a causa de extravío del primer original.

(...)

El objeto de mi viaje á Venecia no era admirar la soñada ciudad de las lagunas, con su doble collar de palacios y la inmortal poesía de sus calles de agua y sus góndolas finas y curvas como el puñal de Otelo. Conocía ya a la dogaresa: la había visto en todo su teatral esplendor, alumbrada por millares de fuegos artificiales y por guirnaldas de los clásicos farolillos, arrullada por serenatas melodiosísimas, y había oido de noche, a la luz de la luna, en el Gran Canal, la barcarola de I due Foseari, que entonaban a voces solas los gondoleros. Mi propósito, al recorrer una vez más la Italia del Norte, fué saludar y tratar á D. Carlos de Borbón, duque de Madrid. También le conocía, pero por breve audiencia obtenida en París el mismo año y el mismo día en que visité a una especie de monarca literario, rodeado de una corte muy etique- tera: Víctor Hugo.

Emilia Pardo Bazán (España, 1851-1921).

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