"El resto puede tener admiradores, pero sólo ella, la famosa belleza, cuenta con amantes en su séquito."
(Fragmento del capítulo I)
Se ha dicho que Venecia se diferencia de todas las demás ciudades por el senti- miento que inspira. El resto puede tener admiradores, pero sólo ella, la famosa belleza, cuenta con amantes en su séquito. Y, efectivamente, ni siquiera los mejores amigos de Edimburgo la consideran de la misma manera. A ellos les gusta por muchos motivos, ninguno de los cuales resulta satisfactorio en sí mismo. Les gusta caprichosamente, por decirlo de algún modo, y de forma algo similar a un virtuoso que adora su gabinete. Su atracción es romántica en el sentido más limitado de la palabra. Pese a que es hermosa, no resulta tan hermosa como interesante. Es fundamental- mente gótica, y más todavía desde que se ha engalanado con aires griegos y ha erigido templos clásicos en sus riscos. En una palabra, y por encima de todo, es una curiosidad.
Robert Louis Stevenson (Escocés fallecido en Samoa, 1850-1894).
(Traducido al español por Ismael Attrache).
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