Regresa la primavera a Vancouver.

viernes, 22 de enero de 2016

El unicornio de Confucio que inspiró a Borges

el unicornio herido que regresa para marcar su fin...

En el prólogo de Cuentos breves y extraordinarios, sus autores, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, explican:
 
Uno de los muchos agrados que puede suministrar la literatura es el agrado de lo narrativo. Este libro quiere proponer al lector algunos ejemplos del género, ya referentes a sucesos imaginarios, ya a sucesos históricos. Hemos interrogado, para ello, textos de diversas naciones y de diversas épocas, sin omitir las antiguas y generosas fuentes orientales. La anécdota, la parábola y el relato hallan aquí hospitalidad, a condición de ser breves.
 
Entre dichos textos se incluye uno del misionero francés Évariste Régis Huc, quien pasó la mayor parte de su vida viajando por Asia, donde aprendió a hablar el idioma chino, fue escrito en 1850 y lleva por título Vidas paralelas:
 
"Cuando nació Confucio, un unicornio recorrió la comarca. Por la forma y el tamaño parecía un buey. La madre del Maestro ató en el cuerno del animal una cinta. Setenta y siete años después el unicornio reapareció y lo mataron; la cinta estaba rota. Confucio dijo:
 
- El unicornio ha vuelto; han pasado los años; el día de mi muerte está próximo."
 
En su poema El guardián de los libros, que publicó en el volumen Elogio de la sombra, en 1969, Borges escribe en su primera estrofa:
 
Ahí están los jardines, los templos, y la justificación de los templos,
la recta música y las rectas palabras,
los sesenta y cuatro hexagramas,
los ritos que son la única sabiduría
que otorga el Firmamento a los hombres,
el decoro de aquel emperador
cuya serenidad fue reflejada por el mundo, su espejo,
de suerte que los campos daban sus frutos
y los torrentes respetaban sus márgenes,
el unicornio herido que regresa para marcar su fin,
las secretas leyes eternas,
el concierto de orbe;
esas cosas o su memoria están en los libros
que custodio en la torre.

No hay duda que la referencia “el unicornio herido que regresa para marcar su fin”, debió inspirarse en el relato de Huc sobre Confucio.

 
Jules Etienne

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