"... tiene la audacia de sostener que los conejos tienen la pata hendida y que no son en absoluto inmundos."
(Fragmento del capítulo IV: El envidioso)
Un
sabio que había escrito trece tomos sobre las propiedades del grifo, y que
además era gran teúrgo, se apresuró a denunciar a Zadig ante un archimago
llamado Yébor, el más tonto de los caldeos y, por lo tanto, el más fanático.
Este hombre habría mandado empalar a Zadig a mayor gloria del sol, y habría recitado
el breviario de Zoroastro en el tono más ferviente. El amigo Cador (un amigo
vale más que cien sacerdotes) fue en busca del viejo Yébor, y le dijo: «¡Vivan
el sol y los grifos! Guardaos de castigar a Zadig; es un santo; tiene grifos en
su corral, y no los come; y su denunciante es un hereje que tiene la audacia de
sostener que los conejos tienen la pata hendida y que no son en absoluto
inmundos».
- Bueno,
dijo Yébor sacudiendo su cabeza calva, hay que empalar a Zadig por haber
pensado mal de los grifos, y al otro por haber hablado mal de los conejos.
Voltaire:
François-Marie Arouet (Francia, 1694-1778).
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