"... hablan de ella tal como los reyes magos, una vez en sus reinos, habían hablado de una estrella desaparecida..."
(Fragmento)
Todos habían conocido, o encontrado, a esta muchacha
durante un año. Y aunque habían olvidado muchas cosas, no así la huella que les
había dejado. El duque de Alençon la vio vestirse una noche cuando, con muchos
otros, dormía sobre la paja: era bella, dice, pero ninguno se atrevió a
desearla. Ante el escriba atento y respetuoso, el jefe militar tristemente
vencedor evoca este minuto de hace veinte años, bajo la luz lunar… Recuerda
también la primera herida de Juana. Ella había dicho: “Mañana mi sangre correrá,
más arriba de mi seno”. Vuelve a ver la flecha que atraviesa el hombro, que
sale por la espalda, y a Juana que prosigue el combate hasta la noche, que
conquista finalmente la bastilla de Tourelles… ¿Vuelve a ver la coronación?
¿Creyó ella que coronaba a san Luis? ¡Ay! Para todos los testigos, es la dueña
del tiempo en que los hombres vivieron según sus sueños y según su corazón, y
desde el duque hasta el confesor y el escudero, todos hablan de ella tal como
los reyes magos, una vez en sus reinos, habían hablado de una estrella
desaparecida…
Orléans, fechado en Rúan el 31 de mayo de 1964.
André Malraux (Francia, 1901-1976).
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