- ¡Durin, Durin! --exclamó Thorin-. Era el padre de los padres de la más antigua raza de Enanos, los Barbiluengos, y mi primer antepasado: yo soy el heredero de Durin.
- Pero ¿cuándo es el Día de Durin? -preguntó Elrond.
- El primer día del Año Nuevo de los enanos -dijo Thorin-. Como todos sabéis sin duda, el primer día de la última luna otoñal, en los umbrales del invierno.
Todavía llamamos Día de Durin a aquel en que el sol y la última luna de otoño están juntos en el cielo. Pero me temo que esto no ayudará, pues nadie sabe hoy cuándo este tiempo se presentará otra vez.
- Eso está por verse -dijo Gandalf- ¿Hay algo más escrito?
- Nada que se revele con esta luna -dijo Elrond, y le devolvió el mapa a Thorin; y luego bajaron al agua para ver a los elfos que bailaban y cantaban en la noche del solsticio.
La mañana siguiente, la mañana del solsticio, fue tan hermosa y fresca como hubiera podido soñarse: un cielo azul sin nubes, y el sol que brillaba en el agua. Partieron entonces entre cantos de despedida y buen viaje, con los corazones dispuestos a nuevas aventuras, y sabiendo por dónde tenían que ir para cruzar las Montañas Nubladas hacia la tierra de más allá.
J. R. R. Tolkien
(Escritor británico nacido en Sudáfrica, 1892-1973).
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