Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

sábado, 12 de agosto de 2023

Tampico: CARAMELO o PURO CUENTO, de Sandra Cisneros

"... y comenzar su empresa como propietario del primer cine con aire acondicionado de Tampico."

(
Fragmento del capítulo 9: Tía Güera)

- Sabes que pienso que no hubo divorcio porque no hubo boda, dice mamá. ¿Me entiendes, Méndez?

- ¿Cómo se podrían haber casado? Si todavía estaba casado legalmente con otras dos -tía Ninfa susurra en voz alta.

- ¡No me digas! -dice tía Licha.

- Una en Durango y otra en Tampico. Por eso nunca tuvo que dejarla -tía Ninfa continúa-. Esa es la versión que yo oí.

- ¡A poco!! ¡Qué barbaridad! -dice Licha.

- Sólo te digo lo que me contaron.

(Fragmento del capítulo 50: Ni contigo ni sin ti)

Enrique Aragón era lo que se podría llamar un hombre bonito. Había cumplido con su obligación y escogido una profesión honorable ante los ojos de su familia. Eso era todo lo que pedían.

- Cualquier cosa que no sea mesero o maricón. Eso es lo que el abuelo Enrique Aragón le había dicho a su hijo, Enrique Aragón, Junior,  como bendición antes de partir al norte a buscar fama y fortuna en los Estados Unidos. Su abuelo había tenido la buena fortuna de encontrarse con el presidente Venustiano Carranza y su destacamento huyendo de la Ciudad de México con todo el oro del país en los bolsillos y en las alforjas. Tanto así que les resultaba imposible dejar atrás a las fuerzas de Obregón que los perseguían. Habían tenido que deshacerse de bolsas del erario por aquí y por allá, intercambiando fortunas por sus vidas, y había sido el destino de este patriarca Aragón, encontrarse una mañana camino a Veracruz con un compinche de Carranza en un momento desesperado y decisivo. Por haberlo escondido detrás de una maceta de barro, el patriarca Aragón había recibido en pago un sombrero lleno de monedas de oro. Con esto, pudo huir del calor aletargado del pueblo en que nació y comenzar  su empresa como propietario del primer cine con aire acondicionado de Tampico.

(...)

Era cierto. Acaso no se había enamorado de la suplente de Greta Garbo, una cosita cubana llamada Gladys Vaughn (Vasconcelos, de soltera), la había tomado por esposa  e instalado en el casco de una calabaza  dorada en Tampico preñada de tantas semillas como para ocasionar que su cuerpo envejeciera prematuramente por el impacto de demasiados nacimientos, demasiado pronto.

Sandra Cisneros
(Estados Unidos, 1954).

(Traducido del inglés por Liliana Valenzuela).

La ilustración corresponde a la fachada del cinema Encanto, inaugurado en 1944
y que fuera la primera sala de cine en Tampico con aire acondicionado,
cuyo propietario original desde que comenzó como cine Princesa en 1913,
era un empresario estadounidense de nombre R. H. Heyers.

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