Vancouver: el invierno a plenitud en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne)

miércoles, 13 de marzo de 2019

Tu boca: ODA, de John Dryden

"... y entonaron muy alto para que toda la gente del cielo supiera que una poetisa había nacido en la tierra."
 
¿Podríamos presumir que en tu nacimiento
Nueva alegría se derramó así en el cielo como en la tierra?
Seguro los planetas más leves se combinaron
En tu auspicioso horóscopo para brillar,
Y hasta los más maliciosos cantaron su trino.
Los hermanos-ángeles de tu nacimiento
Empuñaron su lira y entonaron muy alto,
Para que toda la gente del cielo
Supiera que una poetisa había nacido en la tierra;
Y entonces, jamás antes, los oídos mortales
Habían escuchado la música de las esferas.
Y si un zumbante enjambre de abejas
En tu dulce boca destiló su rocío dorado,
Fueron esos milagros tan vulgares
Que el cielo no había tenido tiempo de renovar:
Por toda la bendita fraternidad del amor
Solemnizaste allí tu nacimiento,
Y guardaste allá arriba tu día de fiesta.
 
 
John Dryden (Inglaterra, 1631-1700).

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