"... los montones de heno menguaban. Se acababa uno y comenzaba otro (...) bajo la voracidad de las vacas hambrientas."
(Fragmento del capítulo 22)
Enero
fue una época de vientos helados. Los días amanecían con el suelo cubierto de
hielo como una fina capa de nieve. El ganado y los caballos recorrían las
laderas, cogiendo restos olvidados de hierba, empinándose para mordisquear
las hojas de los robles, pero acabaron por recluirse en el granero,
donde permanecían el día entero alrededor de los montones de heno
almacenados. Noche y día Joseph y Thomas les echaban heno por encima de la
valla y llenaban los abrevaderos de agua. Una vez que habían comido y bebido,
los animales se quedaban en el rancho, esperando volver a comer. Las montañas
se habían quedado peladas de vegetación.
La
tierra se volvía gris y perdía vida por semanas y los montones de heno mengua- ban.
Se acababa uno y comenzaba otro, y se derretía también, bajo la voracidad de
las vacas hambrientas.
John Steinbeck (Estados Unidos, 1902-1968).
Obtuvo el premio Nobel en 1962.
(Traducido al español por Montserrat Gutiérrez Carreras).
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