Poco antes de que estallara la primera guerra mundial, la situación política en México se había complicado tras el asesinato del presidente Francisco I. Madero. Fue entonces que tuvo lugar el incidente que dio origen al legendario Tesoro de Tampico, mucho más difundido en Chile que en el propio puerto donde se originó. Entre los textos aquí reunidos, incluyo un párrafo escrito por el marino alemán Albert Pagels, quien tuvo una importante participación durante el tiempo que el SMS Dresden permaneció oculto en el fiordo de Quintupeu. Eso provocó que incluso fuera el protagonista de la novela El piloto de la Tierra del Fuego (Der Lotse on Feuerland), escrita en alemán por W. Hoeppner-Flatow, publicada en 1940, en la que figura con el nombre ficticio de Georg Brencke. Desafortunadamente, resulta casi imposible leerla en español, puesto que no es localizable en ningún formato en la red, lo que permitiría el uso del traductor automático, y el libro en papel sólo se consigue en alemán.
Más reciente es Señales del Dresden, del escritor chileno Martín Pérez Ibarra, publicada en 2014, con el atolondrado detective Heriberto Tapia y su esposa Ramona como los personajes protagónicos, pero ubica, erróneamente, como punto de partida de la odisea de la nave, al puerto de Veracruz. Finalmente, en Tras la estela del Dresden (1987), de María Teresa Parker, obra de carácter histórico, la autora se niega a aceptar la existencia de tesoro alguno. De manera que comenzaré por reproducir un párrafo en el que Albert Pagels, testigo presencial y partícipe de los hechos, condecorado con la Cruz de Hierro, lo refiere:
Fragmento de Mi vida (Mein Leben, 1940)
Entre los miembros de la colonia alemana de Puerto Montt se comenta que varios de sus antepasados, quienes estuvieron a bordo del crucero mientras estuvo fondeado en Quintupeu, contaban que el último día, antes de zarpar, desde el buque arrojaron un cajón grande al mar y que este podía haber contenido el tesoro de Tampico. Durante muchos años pescadores y buzos recorrieron el fiordo, pero no encontraron nada.
Albert Pagels (Alemán fallecido en Chile, 1878-1966).
Fragmento de El Tesoro del Dresden
En Tampico, otro puerto
del golfo, el desorden, el desabastecimiento y el mercado negro imperaban, la
situación era dramática e insostenible. El Dresden viaja con
abastecimiento hacia la ciudad sitiada para alivio de sus habitantes.
A medida que los
rebeldes avanzan, el comandante Kohler convierte el buque en refugio de
alemanes y extranjeros. Dado el estado de cosas y la situación de inminen- te
peligro de saqueo, los colonos alemanes entregan al comandante sus joyas,
dinero, oro y objetos de valor, iniciativa a la que se unen otras familias de
extranjeros como también personajes mejicanos adinerados: todo debía ser puesto
a resguardo en un banco, a la vuelta del Dresden a Alemania .
El tesoro es
embalado en una gran caja que es guardada secretamente en un lugar de las
bodegas de la sentina. Días después cae Tampico.
Carlos Johnson Edwards (Chile 1923-2001).
Fragmento de Las joyas de Tampico
- Tuve
acceso a los archivos de la Armada y en Santiago fui a las embajadas de México
y Alemania; aquí está todo lo que reuní, creo que es bastante interesante -dijo
Carlos pasándole a Jorge una de las carpetas.
Jorge comenzó a leer en
voz alta: “La situación política en México era caótica, los gobernantes eran
derrocados continuamente, ante lo cual Alemania envió al crucero Dresden
para cautelar los intereses y la seguridad de la colonia alemana residente. En
Tampico la situación era dramática e insostenible, imperaba el desorden y ante
el inminente peligro de saqueo, los colonos alemanes entregaron al comandante
sus joyas, dinero, oro y objetos de valor, iniciativa a la que se unieron otras
familias de extranjeros como también personajes mejicanos adinerados, todo
debía ser puesto a resguardo en un banco al regreso del Dresden a Alemania. El
tesoro quedó en una caja bajo la custodia del comandante de la nave”.
Tomó un sorbo de agua
mineral y continuó leyendo: “La nave navegaba rumbo a Alemania cuando estalló
la Primera Guerra Mundial, agosto de 1914. El comandante recibió la orden de
efectuar la guerra de corso en el Atlántico y, posteriormente, dirigirse a Isla
de Pascua para integrarse a la escuadra del almirante Von Spee. En noviembre el
escuadrón de cruceros alemanes derrotó a una escuadra inglesa a 41 millas del
puerto de Coronel en Chile y esta misma fuerza, al incursionar en el Atlántico,
fue completamente derrotada por otra escuadra inglesa en las islas Malvinas,
salvándose solamente el Dresden”.
Jorge terminó de leer,
tomó la otra carpeta y se la alargó a su amigo y dijo: “intere- sante lo tuyo,
pero yo también trabajé en Puerto Montt y reuní bastante información, lee esto
por favor”.
Carlos comenzó a leer:
“El Dresden sufrió múltiples averías en el combate de Las Malvinas; se
ocultó en los canales patagónicos del sur de Chile donde fue ayudado y
aprovisionado por el ciudadano alemán Albert Pagels, que residía en Punta
Arenas. Aconsejado por Pagels, la nave puso rumbo al estero de Quintupeu cerca
de Puerto Montt. Allí la nave terminó su reparación y continuó su navegación
hacia el norte debiendo fondear en la Isla Robinson Crusoe, pues ya no tenía
carbón para sus calderas; finalmente fue localizado por varios buques de guerra
ingleses y fue hundi- do en bahía Cumberland”.
Tomó un descanso y
continuó leyendo: “entre los miembros de la colonia alemana de Puerto Montt se
comenta que varios de sus antepasados que estuvieron a bordo del crucero
mientras estuvo fondeado en Quintupeu, contaban que el último día, antes de zarpar, desde el buque arrojaron un cajón grande al mar y que éste podría haber
contenido el tesoro de Tampico. Durante muchos años pescadores y buzos
recorrie- ron el fiordo, pero no encontraron nada”.
- Bueno Carlos, ¿qué me
dices de todo esto? ¿Te parece un cuento o verdadero? Lo del tesoro es cierto
porque ya averigüé que en Tampico es una historia conocida especialmente entre
los descendientes de alemanes. Envié un detective privado a Tampico, su informe
está aquí; hay fotocopias de recibos de la época, firmados por el comandante
del buque.
Jorval: Jorge Valdés Romo (Chile, ¿1930?-¿?).
Jules Etienne
Las ilustraciones corresponden a tres aspectos del SMS Dresden, la última de ellas en los fiordos chilenos.