Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

sábado, 13 de junio de 2020

Epidemias: EL JARDÍN SECRETO, de Frances Hodgson Burnett

"... comió algunas frutas y galletas y, como sintió sed, bebió una copa de vino que se encontraba a medio consumir."

(Fragmento del capítulo inicial: No ha quedado nadie)

Después de esos espantosos hechos, Mary comprendió el misterio de aquella mañana. Había brotado una epidemia de cólera y cientos de personas morían por segundo. La niñera se había enfermado por la noche y su muerte fue la causa del lamento de los sirvientes. Antes de que terminara el día, murieron tres empleados más, y el resto huyó presa del terror. El pánico se expandió por la ciudad, pues en todas las casas se encontraba la muerte.

En medio de la confusión y el desconcierto, Mary se escondió en su habitación. Como nadie se acordó de ella, los extraños sucesos ocurrieron sin que se enterara. Durante varias horas la niña lloró y durmió. Sólo sabía que la gente estaba enferma y llegaban hasta ella extraños sonidos. Se dirigió al comedor, que encontró vacío salvo unos restos de comida. El desorden de sillas y platos sugería que alguien se había levan- tado bruscamente y de improviso. La niña comió algunas frutas y galletas y, como sintió sed, bebió una copa de vino que se encontraba a medio consumir. Muy pronto, sintió sueño y volvió a encerrarse en el dormitorio. Los lamentos y el ruido de los pasos apresurados la atemorizaban, pero, por efecto del vino, se quedó profunda- mente dormida.

Frances Hodgson Burnett
(Inglesa fallecida en Estados Unidos, 1849-1924).

(Traducido al español por Alejandra Schmidt).

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