"Mi mano toca sueño. Duermes. Gozo de tu inocencia confiada (...) que hace tan suya con amor la mano."
Duermes
Duermes. Mi mano toca sueño. Duermes.
Gozo de tu inocencia confiada,
de tu implícita forma en esa noche
que hace tan suya con amor la mano.
Te siento dormir sin
verte,
serenísima, sagrada,
nunca imagen de la muerte,
y oponiéndote a la nada
triunfar como piedra inerte.
La delicada masa de tu
sueño
se espesa junto a mí, sin paz nocturna,
que así convive con la invulnerable,
cuyo retorno al despertar es siempre
la súbita inmersión en nuestra dicha.
Sumido en un calor de
dos, el sueño
relaja su clausura, casi abierta
dulcemente hacia el día aún isleño.
Calor,
amor.
La historia tras la puerta.
Amor dormido
Dormías, los brazos me tendiste y por sorpresa
rodeaste mi insomnio. ¿Apartabas así
la noche desvelada, bajo la luna presa?
tu soñar me envolvía, soñado me sentí.
Jorge Guillén (España, 1893-1984).
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