Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

lunes, 27 de agosto de 2018

Agosto: LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS, de Vicente Blasco Ibáñez

"... cuando la tierra estaba erizada de espigas, cuando el cielo de agosto era más luminoso..."

(Fragmento del capítulo III: La retirada)

Habían huido sin saber adonde iban, perseguidos por el incendio y la metralla, locos de terror, como escapaban las muchedumbres medioevales ante el galopar de las hordas de hunos y mongoles. Y esta fuga había sido a través de la Naturaleza en fiesta, en el más opulento de los meses, cuando la tierra estaba erizada de espigas, cuando el cielo de agosto era más luminoso y los pájaros saludaban con su regocijo vocinglero la opulencia de la cosecha.

Revivía la visión del inmenso crimen en aquel circo repleto de muchedumbres errantes. Los niños gemían con un llanto igual al balido de los corderos; los hombres miraban en torno con ojos de espanto; algunas mujeres aullaban como locas. Las familias se habían disgregado en el terror de la huida. Una madre de cinco pequeños sólo conservaba uno. Los padres, al verse solos, pensaban con angustia en los desaparecidos. ¿Volverían a encontrarlos?... ¿Habrían muerto a aquellas horas?...

 
Vicente Blasco Ibáñez (Español fallecido en Francia, 1867-1928).

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