Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

domingo, 12 de agosto de 2018

Agosto: LOLITA, de Vladimir Nabokov

"... durante ese año de locura (agosto de 1947-agosto de 1948)..."

(Fragmento del capítulo 1 de la segunda parte)
 
Mi abogado ha sugerido que dé un informe preciso y franco del itinerario que seguimos, y supongo que he llegado aquí a un punto en que no puedo evitar esa faena. En líneas generales, durante ese año de locura (agosto de 1947-agosto de 1948) nuestra marcha empezó con una serie de rodeos y espirales en Nueva Inglaterra, después de lo cual serpenteamos hacia el sur, arriba y abajo, hacia el este y el oeste; nos hundimos en ce qu'on appelle Dixieland, evitamos Florida porque los Farlow estaban allí, viramos al oeste, zigzagueamos a través de cintas de algodón y maíz (me temo que esto no sea demasiado claro, Clarence, pero no he tomado notas y sólo tengo a mi disposición, para cotejar con él estos recuerdos, un libro de viajes atrozmente mutilado, en tres volúmenes, casi un símbolo de mi pasado desgarrado y androjoso); cruzamos y volvimos a cruzar las Rocallosas, rodamos por desiertos donde nos azotaron los vientos, llegamos al Pacífico. Giramos al norte a través de la pálida pelusa lila de matorrales en flor junto a los caminos; alcanzamos casi la frontera canadiense, seguimos hacia el este, a través de tierras buenas y de tierras malas, de regreso a la agricultura en gran escala, evitando –a pesar de las estridentes imprecaciones de la pequeña Lo– el terruño natal de la pequeña Lo, en un área productora de maíz, carbón y cerdos, y por fin retornamos al repliegue del este, desembocando en la ciudad escolar de Beardsley.


Vladimir Nabokov (Ruso nacionalizado estadounidense, 1899-1977).

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