Vancouver: atardecer en la bahía al final de la primavera. (Fotografía de Jules Etienne).

domingo, 9 de junio de 2024

Mirándolas dormir: AL MARGEN, de André Pieyre de Mandiargues

"¿Acaso no iba, sin que ella supiera nada a ciudades con calles como corredores...? (...) deseaba que su viaje fuera igual a perder el conocimiento al lado de su esposa somnolienta."

(
Fragmento)

«Lista de correos - Barcelona (España)», esto es lo que fue colocado por el viejo Féline en el sobre, tal como Segismundo lo había escrito en una hoja de papel rosa que deslizó, antes de irse, bajo el marco del espejo de Sergine. Podría, si lo hubiera pensado, dejar la dirección del hotel en el que, por recomendación del piadoso hipócrita, había decidido hospedarse. Sin embargo, no tuvo la intención de ocultarlo con dicho acto, en el verdadero sentido de la palabra. Además de Sergine, dormida, ¿no iba a lugares insólitos por medio de sueños o ensueños? ¿Acaso no iba, sin que ella supiera nada a ciudades con calles como corredores y plazas como habitaciones de amantes o celdas de condenados? De otra manera, deseaba que su viaje fuera igual a perder el conocimiento al lado de su esposa somnolienta, y que ella permane- ciera ignorando el lugar al que podría ser llevado a la deriva.

Pero colocó la sábana rosa pensando en que su color encajaría junto al reflejo de la imagen de Sergine cuando contemplaba el óvalo puro de su rostro moreno agitando cortos rizos castaños sobre sus ojos con el iris verde nublado y la pequeña nariz aguileña, cuando sonreía con su hermosa boca de labios pálidos, con dientes no muy blancos a causa del tabaco del que abusaba, y al distorsionar su imagen ante el pausado movimiento oscilante del espejo.

André Pieyre de Mandiargues
(Francia, 1909-1991).

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