La durmiente
Duerme con su cabello
despeinado y las manos entrelazadas bajo la nuca. ¿Sueña? Su boca está
entreabierta y respira suavemente.
Con un poco de cisne
blanco enjugo, sin despertarla, el sudor de sus brazos, la fiebre de sus
mejillas. Sus párpados cerrados son dos flores azules.
Muy suavemente me
levantaré; iré a traer agua, ordeñaré la vaca y pediré fuego a los vecinos.
Quiero estar rizada y vestida cuando abra los ojos.
Duerme, permanece un largo
rato entre sus bellas pestañas curvadas y continúa dichosa la noche con un sueño
de buen augurio.
(Elle dort dans ses
cheveux défaits, les mains mêlées derrière la nuque. Rêve-t-elle? Sa bouche est
ouverte; elle respire doucement.
Avec un peu de cygne
blanc, j'essuie, mais sans l'éveiller, la sueur de ses bras, la fièvre de ses
joues. Ses paupières fermées sont deux fleurs bleues.
Tout doucement je vais
me lever; j'irai puiser l'eau, traire la vache et demander du feu aux voisins.
Je veux être frisée et vêtue quand elle ouvrira les yeux.
Sommeil, demeure encore
longtemps entre ses beaux cils recourbés et continue la nuit heureuse par un
songe de bon augure.)
"Y repite una vez tras otra mi nombre: Bilitis... Bilitis... Y me roza con la punta de sus dedos temblorosos."
Palabras en la noche
Reposamos con los ojos
cerrados; el silencio es un gran alrededor en torno a nuestra cama.¡Inefables
noches de estío! Pero ella, que me cree dormida, posa su cálida mano
sobre mi brazo.
Murmura: «Bilitis ¿duermes?
Mi corazón late, pero, sin responder, respiro como una mujer entregada a sus
sueños». Entonces, comienza a hablar:
«Ya que no me escuchas,
dice, ¡cómo te quiero! Y repite una vez tras otra mi nombre: “Bilitis…
Bilitis…”. Y me roza con la punta de sus dedos temblorosos».
«¡Esta boca es mía! ¡Sólo
mía! ¿Existe otra más hermosa en el mundo? ¡Ay, mi felicidad, mi felicidad! Son
míos estos brazos desnudos, este cuello y esta cabellera…».
(Nous reposons, les yeux fermés; le silence est grand
autour de notre couche. Nuits ineffables de l'été! Mais elle, qui me croit
endormie, pose sa main chaude sur mon bras.
Elle murmure: « Bilitis, tu dors? » Le cœur me bat, mais
sans répondre, je respire régulièrement comme une femme couchée dans les rêves.
Alors elle commence à parler:
«Puisque tu ne m'entends pas, dit-elle, ah! que je t'aime!
» Et elle répète mon nom. « Bilitis... Bilitis... » Et elle m'effleure du bout
de ses doigts tremblants:
«C'est à moi, cette
bouche! à moi seule! Y en a-t-il une plus belle au monde? Ah! mon bonheur, mon
bonheur! C'est à moi ces bras nus, cette nuque et ces cheveux... »)
Pierre Louÿs
(Francés nacido en Bélgica, 1870-1925).
(Traducido del francés por Jules Etienne).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario