"Y las muchachas parecían enamoradas de mi negro rostro, que es tan oscuro como una luna en eclipse."
(Fragmento del acto segundo, escena IV)
Fiesco: Una zorra
huele a otra. ¿Qué dicen de mis romancescas relaciones con la condesa
Imperiali?
El Moro: Algo que de buena gana callaría.
Fiesco: Habla con libertad. Cuanto más osado, con mayor gusto
te escucharé. ¿Qué se murmura?
El Moro: No se murmura; se dice a voz en grito, en tabernas y
billares, en posadas y paseos, en el mercado, en la Bolsa...
Fiesco: ¿Qué? Te lo mando.
El Moro (retirándose.): Que estáis loco.
Fiesco: Muy bien. Toma un zequí por tu relato. Por dar qué
pensar a los genoveses empuñé el cetro de la locura, y ahora voy a cortarme el
pelo para competir con sus arlequines. ¿Cómo recibieron los tejedores de seda
mis regalos?
El Moro (con tono de broma): Señor loco, parecían pobres
reos...
Fiesco: ¡Señor loco!... ¿Has perdido el juicio, camarada?
El Moro: Perdonadme; me dio el antojo de ganar algunos
zequíes más.
Fiesco (riéndose, le da otro.): Sigue... pobres reos...
El Moro: ...que reciben de golpe el indulto, con la soga al
cuello. Están con vos, en cuerpo y alma.
Fiesco: Lo celebro, porque son los que disponen del
populacho.
El Moro: ¡Qué escena!... Faltó poco para que le tomara gusto a la generosidad. Se echaron a mi cuello como locos. Y las muchachas parecían enamoradas de mi negro rostro, que es tan oscuro como una luna en eclipse. Qué poder omnipotente tiene el oro: ¡Hasta a un moro lo puede hacer blanco!
Fiesco: Mejor es tu pensamiento que el fango en que germina. Buenas son las noticias que traes, y sólo falta que se concreten en obras.
El Moro: Como en horrenda tempestad el ligero rumor del trueno. Ya se buscan, se reúnen y murmuran, apenas acierta a pasar un extranjero. Reina el bochorno en Génova y el descontento se cierne como espesa nube sobre la República... Basta una ráfaga de viento para que estallen los rayos y caiga el granizo.
Friedrich Schiller: Johann Christoph Friedrich von Schiller (Alemania 1759-1805).
La ilustración corresponde a una puesta en escena de la obra que tuvo lugar en Berlín en 1951,
con Franz Kutschera como Fiesco.
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