"... recuerda haber visto toda una estantería llena de máscaras, de narices de cartón y de carracas."
(Fragmento del capítulo 2)
Recuerda que antes, al pasar ante la tienda de Kreutz, el comerciante de muñecas, al lado de su casa -su casa, como dice siempre, es la casa de sus padres-, recuerda haber visto toda una estantería llena de máscaras, de narices de cartón y de carracas.
-
Es el primer domingo de carnaval -anuncia.
Élise
no comprende por qué habla de eso, pues el primer domingo es el carnaval de los
niños. Pero es que Désiré recuerda los carnavales de cuando él era pequeño.
-
¿Están lo bastante azucaradas las zanahorias?
-
Están muy buenas. ¿Las has preparado tú, Valérie?
-
¡Pobre Valérie, si supieras todo lo que hace! ¡Me pregunto lo que habríamos
hecho sin ella!
-
Pero la tenemos aquí. ¿Y no es así? Puesto que Valérie está aquí,
¿por qué torturarse? Désiré no comprende.
-
Ha venido Félicie.
- ¿Iba achispada?
Una
palabra que le sirve para indicar que no del todo bebida…, pero tampoco
en ayunas.
-
¡Désiré!
Y
le indica a Valérie.
-
¿Y qué? ¿Acaso Valérie no sabe que tu hermana…? ¿Un poco más de carne, Valérie?
Que sí, mujer; hay que recuperar fuerzas.
Hasta
las tres, las calles permanecen vacías, o casi, y después se ven algunas
familias con ropas oscuras y que, sin convicción, llevan con ellas niños
disfrazados. Un torero minúsculo tiembla bajo un abrigo de paño y hace girar una
carraca, mientras tiran de su mano.
Georges Simenon (Bélgica, 1903-1989)
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