Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

viernes, 7 de julio de 2017

Carnaval: CONFESIONES DE UN BURGUÉS, de Sándor Márai

"... cosiendo con la criada y la niñera para vestirnos de deshollinador, de payaso, de hada o de bruja..."

(Fragmento del capítulo 5)

Sabía organizar de maravilla las fiestas familiares, las Navidades se convertían en algo absolutamente misterioso y ancestral, la casa quedaba inmersa en un ambiente de espera nerviosa; para los carnavales organizaba en casa un baile de máscaras en el que no escatimaba esfuerzos, se pasaba semanas enteras dibujando disfraces complicadísimos y cosiendo con la criada y la niñera para vestirnos de deshollinador, de payaso, de hada o de bruja, y llegado el momento se sentaba al piano y tocaba para nosotros -pues no invitábamos a nadie- con la intención de que desfiláramos con nuestros disfraces. Hasta las criadas se disfrazaban. Sí, mi madre sí que sabía jugar. Tenía su particular forma de ver a las personas: parecía que había leído en algún libro las historias que nos contaba cuando volvía de la calle o de hacer alguna visita.

 
Sándor Márai (Húngaro nacionalizado estadounidense, 1900-1989) 

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