Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

viernes, 12 de julio de 2024

Mirándolas dormir: CACHONDEOS, ESCARCEOS Y OTROS MENEOS, de Camilo José Cela

"Después expelió un cuesco abacial y se quedó dormida sobre la mesa."

Los amores paganos


(Fragmento)

Mi invitada cenó revuelto de ajos frescos, patatas con angulas en salsa verde (dos raciones), rabo de buey estofado y jamoncitos de zancarrón, y bebió vermú y gaseosa; de postre tomó arroz con leche con chinchón dulce y torrijas con moscatel. Después expelió un cuesco abacial y se quedó dormida sobre la mesa.

¡Criaturita! Llegado que hubimos a su señorial mansión, el sereno del comercio y vecindad (a lo mejor era un bombero de paisano) me ayudó a desnudarla y a soltarle el corsé y, a renglón seguido, mientras yo cantaba la jota de La Dolores bajo la ducha donde me había metido al objeto de refrescar las partes, la enguiló presto y por derecho, quizá para que no se desencuadernara demasiado y desmereciera al tacto y a la vista.

- ¿Qué tal? ¿Qué tal?

¡Vaya! ¡Para lo que se estila, tampoco hay queja! En peores garitas hizo uno guardia y, gracias sean dadas a Dios, aquí sigo sin que se me haya caído nada todavía.

Camilo José Cela
(España, 1916-2002). Obtuvo el premio Nobel en 1989.

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