(Fragmento)
Mi invitada cenó revuelto de ajos frescos, patatas con angulas
en salsa verde (dos raciones), rabo de buey estofado y jamoncitos de
zancarrón, y bebió vermú y gaseosa; de postre tomó arroz con leche
con chinchón dulce y torrijas con moscatel. Después expelió un cuesco
abacial y se quedó dormida sobre la mesa.
¡Criaturita!
Llegado que hubimos a su señorial mansión, el sereno del
comercio y vecindad (a lo mejor era un bombero de paisano) me ayudó a
desnudarla y a soltarle el corsé y, a renglón seguido, mientras yo
cantaba la jota de La Dolores bajo la ducha donde me había metido al objeto de refrescar las partes, la enguiló presto y
por derecho, quizá para que no se desencuadernara demasiado y
desmereciera al tacto y a la vista.
- ¿Qué tal? ¿Qué tal?
¡Vaya! ¡Para lo que se estila, tampoco hay queja! En peores
garitas hizo uno guardia y, gracias sean dadas a Dios, aquí sigo sin
que se me haya caído nada todavía.
Camilo José Cela
(España, 1916-2002). Obtuvo el premio Nobel en 1989.
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