Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

miércoles, 3 de abril de 2024

Mirándolas dormir: EL GRAN DINERO, de John Dos Passos

"Vio que la chica estaba dormida, con la cara hundida en la almohada."

(
Fragmento del cuarto capítulo de Charley Anderson)

- En lo que dices hay más verdad que poesía -dijo Charley entre dientes.

- La poesía... Adoro la poesía, ¿tú no?

Bailaron hasta que cerró el local. Salieron con paso tambaleante a las calles negras y desiertas. Pasaron dando traspiés junto a cubos de basura. Los gatos escapaban a su paso entre sus pies. Se detuvieron y hablaron del amor libre con un policía. Y en cada esquina se paraban para besarse. Mientras buscaba la llave en el bolso, ella dijo con aire pensativo:

- Las gentes que hacen cosas resultan luego los amantes más maravillosos, ¿no crees?

Charley fue el primero en despertarse. El sol entraba a raudales por una ventana sin cortina. Vio que la chica estaba dormida, con la cara hundida en la almohada. Tenía la boca abierta y parecía mucho más vieja que la noche pasada. Su piel era pastosa, de cierto tono verdoso, y sus cabellos eran un matojo de mechones.

Charley se vistió en silencio. Sobre unos grandes tableros, tapizados de grueso polvo y atestados de caprichosos dibujos de desnudos, encontró un trozo de carboncillo. En el reverso de una hoja de papel amarillo, donde podía leerse un poema a medio escribir, Charley escribió: «Lo he pasado maravillosamente... Adiós... Buena suerte, Charley». Y no se puso los zapatos hasta llegar al final de las crujientes escaleras.

Ya en la calle, en la ventosa y fría mañana primaveral, se sintió maravillosamente. Estalló en sonoras carcajadas. Qué pequeña y vieja gran ciudad.


John Dos Passos (Estados Unidos, 1896-1970).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario