Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

miércoles, 17 de abril de 2024

Mirándolas dormir: BELLA DE DÍA, de Joseph Kessel

"Sobre el diván, Severine dormía profundamente. «Cuántos insomnios, cuántos tormentos han preparado tu sueño»."

(
Fragmento del capítulo décimo)

Se abandonó a ensoñaciones sin objeto. Le llamó la atención el ruido de una respiración reposada y rítmica. Sobre el diván, Severine dormía profundamente.

«Cuántos insomnios, cuántos tormentos han preparado tu sueño», pensó Husson. «Y mañana...»

Recordó los temores del profesor Henri, y la investigación judicial que estaba siendo iniciada sobre el caso. ¿Cómo defendería aquella pobre mujer lo poco que le quedaba de claridad? Él la ayudaría; pero ¿qué podía y qué no podía evitar?

Se acercó a Severine. Dormía con sueño profundo e inocente. ¿Era ésta la misma mujer que se postró una tarde ante él sobre el edredón de una cama de aquel burdel al que la había enviado? ¿Era él el mismo hombre que respondió con un gesto perversamente evasivo -el gesto que de verdad causó la herida de Pierre- a la miserable súplica de Belle de Jour? Su propio misterio, el que tantas veces había escrutado con punzante y vana avidez, reposaba ahora sobre los finos y castos rasgos de Severine.

Y le acarició los cabellos enternecido, y buscó en la casa la manta más cálida para extenderla sobre su cuerpo dormido. Husson parecía estar cuidando de una hermanita suya extenuada y enferma.

Severine durmió nueve horas de un tirón. Despertó con un sentimiento puramente físico de fuerza recobrada. Pero pronto se arrepintió de aquel descanso. El agota- miento la mantuvo abotargada; ahora, recuperada la frescura de sus sensaciones, volvió con redoblada energía su verdadera, su única angustia: la salud de Pierre. Todo lo que la llevó a casa de Husson era fútil y miserable: debilidad y neurosis. Sintió vergüenza al recordar su conversación con él, tan amistosa y plena.

Joseph Kessel
(Francés nacido en Argentina y fallecido en Francia, 1898-1979).

(Traducido al español por Ángel Fernández Santos).

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