Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

miércoles, 10 de enero de 2024

Mirándolas dormir: OTELO, de William Shakespeare


(Fragmento inicial del acto V, escena segunda)

Alcoba en el castillo.

Desdémona duerme. A su lado una luz. Entra Otelo en escena.

Otelo: Con razon lo hago, con razon ¡alma mia! No os lo quiero contar, cas- tas estrellas. Tampoco quiero derramar la sangre de ella, ni ajar su cútis más blanco que la nieve, y más tierno que mármol sepulcral. Y con todo eso, tengo que matarla, para que no engañe á otros hombres. Apagaré esta luz... y luego aquella. Si apago esta luz y luego me arrepiento puedo volver á encenderla, pero si te apago á tí, luz clarísima, primor y ejemplar de la naturaleza, ¿dónde hallaré el fuego de Prometeo, para volverte á dar la vida? Si arranco la flor de su tallo, ¿cómo he de restituirla su frescura y lozanía? Necesario es que se marchite. Quiero respirar por la última vez su aroma exquisito. (La besa.) ¡Oh regalado aliento de su boca, casi bastas para arrancar el hierro de la mano de la justicia! Otro beso y nada más. ¡Quédate así, cuando yo te mate: que muerta y todo te he de amar! Otro beso, el último. Nunca le hubo más delicioso ni más fatal: lloremos. Mi llanto es feroz, y mi ira es como la de Dios, que hiere donde más ama. Ahora se despierta.

Desdémona (despertando): ¿Eres tú, Otelo?

William Shakespeare (Inglaterra, 1564-1616).

La ilustración corresponde a William Bryant (Otelo) y Amy Jirsa (Desdémona),
durante la puesta en escena de la obra por Flatwater Shakespeare, en 2011.

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