sólo un continuo innumerable: la infancia
Más tarde subrayaron su impermanencia
fueron hierba del campo, olas, adioses.
Y llegué a acumular setenta
Este rostro de vidrio ahora es mi cara
en la luna del agrio espejo.
Atrás, bajo su cara sombría,
en su mar de tinieblas, entre el azogue
me esperan impacientes los otros muertos
José Emilio Pacheco (México, 1939-2014)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario