- ¿Es más bonita que yo?
- No sé. Quizá no. Pero es una mujer que me atrae enormemente.
- Ustedes, los hombres, son infantiles, débiles, fanfarrones. ¡Tonto, eres un tonto!
- Te quiero, Bebé, dije pensando en Eva.
Entonces nos fuimos a la cama, yo pensando todo el tiempo en Eva. Después de hacer el amor Berta se quedó dormida boca arriba. Roncaba levemente, con la boca abierta, inerte. Cuando he bebido mucho, sólo logro dormir media hora, y me despierto con complejo de culpa. Allí estaba Berta, con la boca abierta, como un muerto soñando. ¡Qué debilidad esta de dormir! Los chiquillos lo saben. Por eso duermo poco, tengo miedo de quedarme desarmado. Berta roncaba. Qué raro, una mujer tan deliciosamente suave. Iba amaneciendo, una luz fantástica entre blanco y rojo. Aquello merecía una botella de Faísca. Acabé de beber, me bañé, me vestí, salí para el despacho. El portero preguntó: ¿Tenía hormigas en la cama, doctor?
Rubem Fonseca
(Brasil, 1925-2020).
(Traducido al español por Romeo Tello Garrido).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario